Por: Gleydis Sanamé
Veintidós años no han bastado para que Juan Eduardo e Ivón den por perdido el anhelo de honrar, cada día, la sabrosa y codiciada comida cubana.
Una humilde cafetería-paladar, importadora de aire fresco y natural desde la orilla del mar, es lo ostentado por “Los Gordos”, como se les conoce, bajo el nombre comercial La sombrilla.
Chuletas de cerdo y congris están entre los platos más apetecidos, pues el engrasado y el condimento tienen, según comensales, un punto auténtico.
Entre cervezas y refrescos de la mejor calidad, un enjuto pero respetado menú convida a saborear ofertas como: Hígado a la italiana −con cebolla, ají y adobo−, Filete de pescado a la marinada o Arroz amarillo a la carne puerco.
Los gordos visten de lujo nominaciones de Chef cuando dan vida, entre salsas y sabores, a la conocida Suprema de pollo, que se compone con la pechuga del animal rellena de queso y jamón.
Escabeche de pescado y pollo asado a la cazuela (al jugo) realzan entre lo más pedido; mientras, todas ellas están disponibles de lunes a sábado, entre fabulosos servicios de ocho sabias manos y sombras de helechos irrepetibles.
Aquí les dejo otras imágenes de Matanzas para que la conozcan o la recuerden.










