¡Este restaurante es muy popular en Copenague! Si preguntas en el aeropuerto por Café Castro cualquiera te dará la dirección exacta de este lugar. Me decía con orgullo y en muy mal inglés Fewzi Karatas, un turco radicado en Dinamarca y que desde hace catorce años es el dueño de Café Castro, un restaurante que, aunque lleva un nombre y un logotipo que hace referencia a Fidel Castro, no tiene en su menú ningún plato cubano.

Fewzi Karatas, un turco radicado en Dinamarca y que desde hace catorce años es el dueño de Café Castro
El sitio lo abrió hace 16 años un danés amante de la cultura cubana y luego se lo vendió a Fewzi. Está ubicado en Nørrebro, un barrio de emigrantes, que según me comentó la empleada, de origen islandés, no es una zona muy buena para vivir, este es uno de los barrios más malos de Copenague. Y parece que tiene razón. En todo e tiempo que pasé en la ciudad nadie reparó en mí ni en mi cámara, pero apenas llegué al barrio un muchachito me sonrió y me pidió que le hiciera una foto. Ah! En una ciudad como esa, donde el silencio duele en los oídos, los únicos ruidosos era el grupo de muchachos que viajaban en el autobús y se quedaron en la misma parada que yo.
De Café Castro supe mientras miraba un video que bajé de internet buscando información de Dinamarca. En una de las escenas salía el lugar y desde entonces lo tuve como unos de los lugares de obligada visita.
Apenas llegué al restaurante y me presenté, Fewzi no contuvo un gran abrazo y una felicidad enorme. Me llevó directo a su oficina y me mostró el lugar. Camino a su diminuto lugar de trabajo reparé que en la cocina solo trabajaba un solo empleado. El turco con enorme simpatía me mostró sus fotos en Cuba y me hizo prometerle que al otro día regresaría para conocer a sus amigos, también admiradores de Cuba y ansiosos por tener noticias de primera mano de qué estaba sucediendo aquí realmente.
Quise probar la comida y me insistió en que él invitaba. Lo convencí de que yo pagaría la cena pero él me invitaba a las bebidas. Dos cervezas fueron suficientes para estimular mi felicidad de estar allí. Para comer pedí unas “Pastas Che Guevara”que no tenían nada que ver con el Guerrillero Heroíco pero estaban muy, muy sabrosas. Un cliente pidió una Cstro Hamburguesa con queso y gentilmente accedió a dejar que las fotografiara.
Salí de noche de Café Castro. Estaba en un “barrio malo”. Así que apuré el paso en aquel vecindario danés. Para mis adentros pedí que no demorara mucho la guagua, perdón, el autobús. No estaba asustado, tenía frío. Apenas había terminado mi pedido las luces del vehículo aparecen. No sé porqué razón me acordé de mi Habana.
Looks delicious Alain. I got to show up for a meal sometime.
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