Cabalgando como buen turista, de camino a un salto de agua cercano a la ciudad de Trinidad, me encuentro a Yudel, un hombre inteligente que en medio de un camino de espinos vende, más que café, una historia.
Según él un espíritu de un haitiano fue quien le iluminó y le dejó claro que debía abrir una venta de café en medio del monte para turistas. Y parece que de resultados. Tomarse un café en el puestecito de Yudel cuesta 1.50cuc, pero vale la pena. Yudel canta mientras prepara el café, que por demás, confiemos en él, es ecológico y recogido de la misma zona.
deseo una copa grande, por favor.
Me gustaMe gusta